Los depósitos bancarios constituyen una forma de ahorro, protección contra la inflación y hasta incluso de hacer rendir nuestro dinero. Pero ¿Qué ocurre cuando encontramos una mejor oferta en otro banco o simplemente ya no nos es rentable el que tenemos actualmente?
En general, cuando contratamos un depósito bancario lo hacemos con la idea de proteger nuestros ahorros y para tener ese dinero disponible cuando queramos hacer uso de él. No contamos con otras de las posibles situaciones en las que podemos necesitar el capital invertido. Imprevistos o gastos inesperados pueden obligarnos a cancelar el depósito contratado y rescatar así nuestros ahorros.
Una vez tomada la decisión de cancelar un depósito nos podemos encontrar con diferentes situaciones de las que debemos estar informados. Tras solicitar la cancelación anticipada, estos son los factores a tener en cuenta y los pasos que debemos de seguir:
Penalización por cancelación anticipada
Tendremos que tener en cuenta que algunas entidades tienen por contrato el cargo o la penalización ante una cancelación anticipada de nuestro depósito. Otros, no permiten si quiera la penalización anticipada como es el caso de los depósitos regalo o los depósitos remunerados en efectivo. La comisión se aplicará sobre el capital que sea objeto de dicha cancelación, esta comisión será proporcional al tiempo que falte entre la fecha de la cancelación y la fecha de vencimiento del depósito fijado por contrato.
Por ley, la penalización no podrá exceder del importe de los intereses brutos devengados por dicho capital que sea objeto de la cancelación, por lo que la comisión siempre será inferior a los intereses que deberíamos haber recibido.
Nuevas condiciones de rentabilidad
Puede ocurrir que la entidad nos ofrezca una nueva rentabilidad, a esta ya se le habría aplicado la comisión y nos darán un tipo de interés resultante.
Considerar las Ventanas de liquidez
Hay depósitos que contienen ventanas de liquidez . ¿Qué son las ventanas de liquidez? Estas ventanas de liquidez son momentos dentro del plazo del depósito, en los que se puede retirar total o parcialmente el dinero depositado, sin cargos añadidos, tan sólo con una rentabilidad algo menor.