Dos, tres, ¿Cuántas cuentas necesitas?

La mayoría de nosotros tenemos una sola cuenta bancaria y, con eso, vamos tirando. Pero, ¿te has planteado alguna vez si realmente es suficiente? Si estás intentando organizar tus finanzas o conseguir ahorrar un poco más, abrir una segunda o incluso una tercera cuenta puede ser un cambio sencillo que facilite muchísimo la gestión de tu dinero. Hoy vamos a ver por qué tener más de una cuenta puede marcar la diferencia y cómo puedes decidir cuántas son las ideales para ti.

Separar el ahorro de los gastos: el primer paso para organizarte

Imagina que recibes tu salario en una cuenta única, y de ahí mismo pagas el alquiler, los gastos, las compras del supermercado y las salidas del fin de semana. Tener todo en el mismo sitio puede hacer que te sea más difícil llevar un control y, sin darte cuenta, el dinero parece desaparecer. Aquí es donde entra en juego la idea de tener al menos una segunda cuenta, destinada únicamente al ahorro.

Tener una cuenta separada para ahorrar te permite hacer transferencias automáticas cada mes y “apartarlo” sin tentaciones. Al ver el saldo en tu cuenta principal, será más fácil controlar el gasto, ya que tendrás una visión más clara de lo que realmente tienes disponible. Además, si esa cuenta de ahorro es una cuenta remunerada o con alguna pequeña rentabilidad, tendrás un extra a final de año sin apenas esfuerzo.

La cuenta de los gastos fijos: ¿para qué sirve?

Aparte de la cuenta de ahorro, otra cuenta que puede ser útil es la de los gastos fijos. Esta es una cuenta en la que puedes destinar cada mes una cantidad exacta para cubrir los gastos que sí o sí tienes que pagar: alquiler, luz, agua, internet… Al separar este dinero, te aseguras de que esos pagos importantes siempre están cubiertos, y te libras de la preocupación de si te sobra o no para cubrir lo básico.

Esta cuenta te permite ver cuánto gastas al mes en tus necesidades básicas, y también ayuda a que tengas más control sobre el resto de tus ingresos. Por ejemplo, sabiendo que tienes 1.000 euros en tu cuenta de gastos fijos y otros 300 en la de ahorro, puedes decidir con más precisión cuánto te queda para otros gastos sin quedarte en números rojos.

La cuenta para los caprichos o imprevistos

Además de las cuentas de ahorro y de gastos fijos, tener una tercera cuenta destinada a caprichos o gastos imprevistos puede darte una gran flexibilidad. Aquí puedes guardar una pequeña cantidad cada mes para esos gastos que no son imprescindibles pero que te hacen disfrutar, como una cena especial, ropa nueva o incluso un viaje corto.

Esta cuenta no es imprescindible, pero tenerla es una forma de darte ciertos gustos sin sentir que te estás saliendo de tu presupuesto. Además, puede ser una especie de “colchón” para imprevistos, como una reparación urgente o un gasto médico. Al tener estos gastos separados, puedes hacerles frente sin tocar el dinero de tus necesidades o tus ahorros.

Entonces, ¿cuántas cuentas son realmente necesarias?

No hay una respuesta única porque depende mucho de tu estilo de vida, tus ingresos y tus prioridades. Para muchas personas, con tres cuentas (una para gastos fijos, otra para ahorro y una última para caprichos o imprevistos) es suficiente para manejarse de manera organizada y sin complicaciones.

Sin embargo, si quieres simplificar, con dos cuentas (una para gastos y otra para ahorros) puedes conseguir una buena organización. Lo importante es que cada cuenta tenga un propósito claro y que te ayude a gestionar mejor tus finanzas. En el fondo, la idea es que tengas el control sobre tus ingresos y puedas ahorrar de manera realista sin renunciar a tus necesidades o a ciertos gustos.

Reflexiona sobre tus necesidades y cómo podrías simplificar tu gestión financiera. Quizá solo necesitas una segunda cuenta, o tal vez dividir tus ingresos en tres partes puede darte ese control que estabas buscando. Lo importante es que encuentres el equilibrio que funcione para ti y te ayude a vivir con más tranquilidad.

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